domingo, 30 de noviembre de 2008

Qué rápido pasa el tiempo cuando eres feliz. Versión Tuerca

Es verdad, que rápido pasa el tiempo.

Si la primera vez que te ví me dicen que íbamos a estar juntos siempre, tiene que venir una ambulancia a darme oxígeno del ataque de risa que me entra. ¿Yo?, ¿Novio?, Anda ya, si yo soy muy feliz sola. Unos meses antes había tocado fondo en el aspecto sentimental. Por eso pensé que me iba a quedar sola, y lo tenía completamente asumido, había aprendido a estar sola, disfrutaba de mi vida como nunca lo había hecho, podía hacer lo que quisiera y cuando quisiera sin dar explicaciones a nadie, y eso me gustaba, era feliz siendo un espíritu libre. Deseaba quedarme de vacaciones para hacer lo que me viniera en gana.

La primera vez que te ví no pensé ni por un momento que llegaras a ser lo que eres hoy para mí, mi pareja, mi vida, mi mejor amigo.

Cuando me invitaste a pasar aquel fin de semana contigo, aquellas vacaciones hace ahora algo más de un año, me hizo mucha ilusión. Pensé, ¿Porqué no?, tenía ganas de conocerte mejor, y ese fin de semana me ayudó a hacerlo, hablar, reirnos juntos y contarnos la vida hizo que te fuera teniendo más en consideración.

Esa última noche en el piso de la playa hizo que nos acercaramos lo suficiente para que poco a poco fuera pensando más en tí, pero sin forzar nada que hiciera que nos arrepintiéramos. Esa noche te portaste como un perfecto caballero, y eso era justo lo que yo necesitaba en ese momento. Pensé que la vida no te había tratado bien, y sentí un poco de lástima, porque teniendo todo lo que necesitabas, te faltaba una única cosa, que en ese momento yo no podía darte. No me di cuenta hasta algún tiempo después de que sí que podía, pero no quería.

Esos cuatro días fui feliz, no tenía preocupaciones de ningún tipo, solo la de que tenía que volver a casa,quería pasar más tiempo contigo, pero sólo como amigos. Todos sabemos que esa es lo peor que se le puede decir a alguien que le gustas, "Yo te quiero, pero sólo como amig@". Por eso, mi respuesta a las señales que me enviabas era el silencio, porque no quería hacerte daño. Por nada del mundo hubiera querido que te sintieras rechazado. Porque sabía que no sería la primera vez. No quería contribuir a poner otra tirita en tu corazón.

Por eso la despedida fue tan fría, quería que siguieras viéndome como una amiga, como tu confidente, alguien a tu lado para reír, y un hombro para apoyarte cuando te sintieras mal.

Hace más de un año que nos conocemos, como pasa el tiempo cuando eres feliz, aún recuerdo la primera vez que te vi, venías por el pasillo un poco perdida, nos presentaron y mi primera impresión fue positiva, no se porqué había algo en ti que me llamó la atención, tu simpatía, tu forma de hablar, tu seguridad en ti misma.
Poco a poco nos fuimos conociendo y nació una hermosa amistad, entre nosotros había una relación de compañerismo y complicidad que nunca antes había sentido, una amistad sana. No puedo ocultar que a medida que te fui conociendo cada vez me gustabas mas, me sentía atraido por ti, aunque hiciera esfuerzos por ocultarlo, el hecho de verte ya me ponía nervioso. Recuerdo cuando me acariciabas la cabeza mientras hablabamos, cerraba los ojos y me imaginaba cogiéndote de la mano y acercando mis labios a los tuyos, hacía mucho tiempo que no sentía nada igual, despertaste en mi sentimientos que creía olvidados, pero tu eras como un muro, desde el principio dejaste claro que no querías estar con nadie, que te sentías bien sola, a mi me bastaba en ese momento con tener tu amistad, para mi era ya un lujo haber encontrado a una amiga como tu.
Los días iban pasando y me tenía que ir de vacaciones, pero no podía irme con el corazón encogido, sin decirte o tan siquiera insinuarte lo que yo sentía, sobre todo porque no sabía cuando te iba a volver a ver, así que el día antes de marcharme te escribí algo que según me contaste después, te dejó helada, algo que no te esperabas, y lo único que obtuve por respuesta fue tu silencio, pero no me importó porque me quité un gran peso de encima.
Cuando estaba de vacaciones no podía dejar de pensar en ti, echaba de menos estar a tu lado, hablar contigo, comer contigo, y reir, porque eso si, los dos no nos aburriamos cuando estabamos juntos, siempre había algo de lo que hablar y algún chiste que contar.
Cuando tu por fin estabas de vacaciones recuerdo que me llamaste una noche, y te pregunté si tenías algún plan para el fin de semana, yo tenía muchas ganas de verte, y aunque nos separaba todo un oceano, estaba deseando que me dijeses que fuera a verte, pero yo me adelanté, y me llevé una gran sorpresa cuando aceptaste mi invitación a venir a verme, estaba muy contento, por no decir emocionado.
Ese fin de semana que pasamos juntos en el piso de la playa fue algo especial, allí fue donde se demostró que eramos buenos amigos, y aunque no pasó nada entre los dos, nos conocimos mucho más. El respeto y el cariño que sentía por ti se hizo aún mas fuerte durante esos días. La última noche estuvimos hablando hasta muy tarde, y cada minuto que pasaba a tu lado yo te sentía un poco más cerca y a la vez más lejos, yo sabía que tus sentimientos hacia mi no eran los mismos que los mios, pero no puedo negar que me hice ilusiones, hoy me alegro de que aquella noche no pasara nada entre tu y yo, no quise forzar una situación que no sabía como podía acabar y preferí no arriesgar tu amistad.
Cuando nos despedimos en el aeropuerto sentí una gran tristeza, me preguntaba cuando volvería a verte, si volveriamos a coincidir, fue una despedida un tanto fría,recuerdo que me marché desanimado.

Continuará...

jueves, 27 de noviembre de 2008

Un millón de guardias

A veces, cuando hablamos por teléfono me gusta escuchar el silencio y sentirte respirar al otro lado, sólo por el mero hecho de saber que estás ahí.
Todavía me pongo nerviosa cuando escucho el sonido del teléfono y veo tu nombre en la pantalla, y aunque se que solo me llamas tú.
Todavía me pongo nerviosa cuando nos besamos en público o me coges de la mano cuando salimos a a pasear.
Todavía me pongo nerviosa cuando te digo que te quiero, porque creeme, cuando te lo digo es porque lo siento de verdad.

Cuando llevamos algún tiempo sin vernos, todavía me pongo nerviosa cuanto te veo aparecer para recogerme, sonriendo , cristalino y transparente. No puedes ocultar que me quieres. Yo tampoco puedo ni deseo ocultar que te quiero.

Todavía me pongo nerviosa cuando me susurras al oido que soy el amor de tu vida, nunca escuché palabras más dulces como las que tú me dices. Se me pone la piel de gallina cuado me haces el amor, porque nunca sentí tanto a un hombre como te siento a tí.

A veces prefiero que me beses a que me hables, me dices más cosas con besos que con palabras, nuestros lenguaje es único y solo nuestro. Tu haces que las palabras te quiero o te echo de menos tengan verdadero significado y no algo que todo el mundo dice por quedar bien. Conmigo no tienes que fingir, yo siempre estoy orgullosa de tí, desde el primer día que te quise, hace muchas guardias, porque tus triunfos son los míos, porque cuando tú ganas yo gano y cuando caigas no te preocupes, estaré a tu lado para ayudarte a levantar, y darte un abrazo y decirte, no te preocupes amor, todo va a salir bien, estoy aquí para cuidar de tí, estoy aquí para que cuides de mí, estamos los dos para protegernos y para preguntarnos si estamos bien... simplemente, para querernos.

Hace 644 guardias que te quiero, y te querré un millón más por lo menos.

lunes, 10 de noviembre de 2008

A los soñadores tercos y molestos y a los seres lubricantes... Esos que permiten que tuerca y tornillo de diferentes medidas terminen encajando...

miércoles, 5 de marzo de 2008


Una noche, una tuerca salió a una discoteca buscando el tornillo que encajaba con ella y si lo encontraba sería su tornillo para el resto de su vida.esa noche no encontró el tornillo. Ni la siguiente, ni ninguna noche en los 14 años siguientes.

Muchos días se sintió triste y sola, incluso creyó haber encontrado tornillos que encajaban con ella pero no era así, algunos quedaban demasiado largos, y otros demasiado estrechos, alguno que otro casi encajaba pero no quedaba perfectamente ensamblado, otros encajaban pero habia que forzar la rosca. Algunos eran muy bonitos y relucientes, otros estaban adornados con una bonita gama de colores metalizados, pero era inutil, la tuerca no encajaba con ninguno de ellos.

La tuerca estaba empezando a oxidarse, pero no perdía la esperanza de encontrar a su tornillo, de vez en cuando se ponía un poco de antioxidante y de abrillantador a ver si así conseguía que algún tornillo se fijara en ella e intentara encajar, pero volvía a fracasar y cuando empezaba a oxidarse de nuevo los tornillos que encontraba en su camino no le prestaban atención, o simplemente ella se cansaba de tanto fingir y perdía el interés. Ella quería un tornillo para el que no tuviera que aparentar una cosa que no era.

De repente un día se cansó de buscar y no fingió más, no buscó más, no más abrillantador para gustarle a los demás tornillos. Se dedicó sólo a cuidar de ella misma y a disfrutar de su vida de tuerca, que era la que ella había elegido, decidió que estaba bien como estaba, que le gustaba ser como era y tal vez prefería tornillos de paso aunque no encajaran del todo, al menos por un tiempo iba a ser una tuerca solitaria.


La tuerca, como toda tuerca que se precie trabajaba en un taller, pero no le gustaba como la trataban y decidió cambiar de lugar de trabajo. En su nuevo taller había muchos tornillos y tuercas algunos muy bonitos y relucientes. Pero a ella no le gustaba ninguno.

En el fondo de una caja apartada de todas las demás, había un tornillo que alguien había dejado allí tirado, estaba sucio y oxidado y parecía que no había visto a una tuerca en mucho tiempo, pero ella sintió compasión por él, porque el tornillo se sentía triste y olvidado en aquel rincon, lo habían dejado allí como si ya no sirviera para nada, pero no era así, debajo de todo aquel óxido había un tornillo precioso, solo necesitaba que alguien lo puliera un poco y le prestara un poco de atención.

La tuerca pasaba todos los días a verlo, y descubrió que el tornillo oxidado hacía algo que ningún tornillo había hecho antes: la hacía reir. Así se hicieron amigos, reían y reían juntos hasta no poder más, se contaban cosas, pasaban mucho tiempo juntos, y conectaban muy bien, pero ella pensaba que talvez había otro tornillo más brillante esperándola en otro taller.

El tornillo oxidado sentía algo por ella, y se lo dijo, quería estar más tiempo con ella, quería quererla y que ella se dejara querer, pero ella prefería que las cosas siguieran como habian ido hasta ese momento, eran amigos y nada más. Y bueno, todo el mundo sabe que lo peor que le puede decir una tuerca a un tornillo es "yo te quiero, pero solo como amigos" .

Un día se separaron y pasó un tiempo hasta que volvieron a verse.

Cuando volvieron a coincidir en el mismo taller, el tornillo ya no estaba tan oxidado, y como habia dado por perdida a su tuerca oxidada se dedicó a prestarle atención a algunas tuercas que había a su alrededor, aquellas tuercas eran muy relucientes y cuidadas y al tornillo oxidado le hacía tilín alguna que otra.

Ella se había estropeado en el tiempo en que no se habían visto, se había dejado oxidar y no se había cuidado para nada, para qué se iba a cuidar si ningún tornillo quería estar con ella. A decir verdad a ella eso le daba exactamente igual, seguía siendo feliz tal y como estaba.

Sin embargo al ver a aquellas tuercas que rondaban al tornillito, la tuerca se puso furiosa, y lloró de rabia y de impotencia al ver que tal vez había dejado escapar la oportunidad de que su tornillo oxidado, que tanto la hacía reir, estuviera a su lado. Despues de llorar y pensar, pensar y llorar, decidió ir al taller y hacerse una limpieza, se dió desengrasante, antioxidante y abrillantador a ver si el tornillo oxidado volvía a fijarse en ella, quedó preciosa, brillante como una estrella, pero la tuerca no se había dado cuenta de que cuando estaba oxidada el tornillo seguía queriendo estar con ella y no con las tuercas bonitas y relucientes.

Una tarde, la tuerca oxidada ya no aguantaba más, y despues de darle muchas vueltas le preguntó a l tornillo que si quería estar con ella, esperaba que no fuera tarde para pedírselo, había esperado demasiado y temía que se negara después de haberlo rechazado una vez.

Él lo pensó un momento y cuando parecía que iba a dercirle que no, de repente se levantó, dio tres vueltas y cayó en la tuerca, encajando perfectamente, las roscas quedaron perfectamente ensambladas, sin forzar, simplemente se deslizaron el uno dentro de la otra como si no hubieran hecho otra cosa en su vida.

Así el tornillo y la tuerca oxidados dejaron de ser una tuerca y un tornillo para convertirse en una sola pieza, y así quedaron para siempre


Gracias

por quererme tal y como soy,

por no tener que fingir cuando estoy contigo,

por respetarme en mis decisiones,

por estar siempre a mi lado,

por hacerme feliz

por dejar que te haga feliz,

por tener tanta paciencia conmigo,

y sobre todo, gracias por dejarme ser tu manzanita






¿Por qué te quiero?
Porque cada día haces que sea diferente al anterior
Porque todos los días me haces reir
Porque todos los días me sorprendes
Porque todos los días me haces el amor como si fuera la primera vez
Porque todos los días haces que me sienta el centro del mundo
Porque todos los días me levanto pensando en tí
Porque todos los días me dices que soy guapa
Porque todos los días me dices que me quieres
Porque todos los días haces planes para los dos
Porque todos los días me das seguridad
Porque todos los días me haces promesas
Porque todos los días me enamoro un poco más de tí
Porque todos los días aprendo algo de tí
Porque todos los días me levantas la moral
Porque todos los días te pido un deseo y me lo concedes
Porque todos los días siento mariposas en el estómago cuando estás cerca de mí
Porque todos los días me demuestras que eres bueno
Porque todos los dias descubro algo nuevo contigo
Porque todos los días haces que me sienta llena y feliz




Contigo Si

La Quinta Estación
No había nada en mi vida
que me hiciera sentir viva
no había nada en mis dias
que me hiciera sonreir o llorar
apareciste como un soplo de aire fresco
como un lienzo perdido
que ahora encuentro

Contigo sí,contigo sí,
contigo siento que siento
se que puedo vivir
y comenzar a caminar

ahora es tiempo de mirar hacia adelante
comerme al mundo y sentirme importante
no será difícil si creo en mí
si crees en mi
aquí estoy yo firmando mis sueños
riéndome de los malos momentos